miércoles, noviembre 14, 2007

Algunas consideraciones teóricas sobre la formación de usuarios de la información

Resumen

Se hace una aproximación a los conceptos de formación, usuarios de la información y formación de usuarios, a partir de una revisión teórica de autores reconocidos en el ámbito nacional e internacional. De igual manera se hace referencia a las tendencias de la formación de usuarios haciendo énfasis a lo que es hoy en día el desarrollo de habilidades informativas y el proceso alfabetización en información con el fin de contribuir a la apropiación de conocimientos acerca de la formación de usuarios desde la reflexión teórica.

Palabras clave: Formación de usuarios, Usuarios de la información, Desarrollo de habilidades informativas, Alfabetización en información.

Introducción

La formación de usuarios de la información se ha convertido en un tema fundamental en todas las unidades de información, puesto que el uso de sus servicios depende en gran medida de las competencias que desarrollen los usuarios para acceder, recuperar y usar la información.

Debe entenderse que la formación de usuarios es un trabajo que orienta la toma de conciencia de los usuarios acerca de la importancia de la información para el desarrollo académico, profesional y personal, haciendo verla como un recurso que permite construir conocimiento individual y colectivo y que contribuye al buen desempeño de las actividades académicas e investigativas que se desarrollan durante el proceso formativo para lograr los objetivos de una educación superior.

Por lo tanto, se hace inminente la necesidad de formar a los usuarios de la biblioteca para que usen los recursos y servicios de información de manera adecuada y puedan así satisfacer sus necesidades de información generadas por un interés personal o para su desempeño académico y de investigación.

Es necesario entender los conceptos relacionados con la formación de usuarios para lograr que el proceso formativo en relación con la información, tenga un sustento teórico que permita a las unidades de información implementar programas tendientes a desarrollar en el usuario las competencias necesarias para el acceso a la información.

En este artículo se hace una aproximación a los conceptos de formación, usuarios de la información, formación de usuarios, a partir de una revisión teórica de autores reconocidos en el ámbito nacional e internacional y que abordan las tendencias actuales de la formación de usuarios como lo son el desarrollo de habilidades informativas y el proceso alfabetización en información.

Se presenta una revisión de los modelos educativos desde los enfoques pedagógicos que han influido con mayor fuerza en la práctica educativa y han sido la orientación y definición de los procesos de enseñanza y de aprendizaje; desde donde se desprende la manera de concebir a los usuarios, al formador, los objetivos, los contenidos, las estrategias didácticas, las técnicas y la evaluación y que rigen la comprensión de la formación de usuarios.

Finalmente se expresan algunas consideraciones que confirman la importancia de llevar a cabo el proceso de formación de usuarios en las bibliotecas y que es conveniente tenerlas en cuenta a la hora de realizar cualquier programa tendiente al desarrollo de competencias para el acceso a la información.

¿Qué se entiende por formación?

Según Álvarez de Zayas y González Agudelo, el término formación proviene del alemán “bildung” que hace relación al conjunto de prácticas humanas que infieren en el desarrollo social del individuo. “Bildung es pues tanto el proceso por el que se adquiere cultura, como esta cultura misma en cuanto patrimonio personal del hombre culto” y aquí están incluidas las prácticas económicas, políticas, religiosas, comunicativas, sociales, científicas y en general todos los significados y valores que se pueden atribuir a la cultura y que permiten construir una experiencia de vida. Como lo expresa Gadamer “la formación pasa a ser algo muy estrechamente vinculado al concepto de cultura, y designa en primer lugar el modo específicamente humano de dar forma a las disposiciones y capacidades naturales del hombre”.

El concepto de formación está referido entonces, al proceso por el cual el hombre adquiere cultura y se considera permanente porque se encarna en todos los actos humanos y no se agota en el mero desarrollo de ciertas capacidades del individuo para su desempeño humano, más bien se reconoce "como enriquecimiento que se produce desde el interior mismo del sujeto, como un despliegue libre y expresivo de la propia espiritualidad que se va forjando desde el interior en el cultivo de la razón y de la sensibilidad en contacto con la cultura propia y universal, la filosofía, las ciencias, el arte y el lenguaje, es entonces, la aprehensión y comprensión del mundo para la construcción del conocimiento.

Muller de Ceballos” afirma que el concepto de formación “bildung” es la categoría principal de la pedagogía humanista que consiste en guiar al alumno para que adquiera una “intuición” integral del mundo natural e histórico en que vive, y aprenda a manejar a su mundo con juicio propio. De esta manera la formación se convierte en un proceso de construcción e interpretación de significados que comienza desde que se nace y es por medio del cual el hombre se va transformando en una persona social, autónoma, capaz de desenvolverse por sí misma en el mundo.

Un sentido filosófico más profundo le da Honore considerando la formación desde el punto de vista del sujeto, de la interioridad de éste como una dimensión característica de la persona y cita a Lhotellier quien dice que la formación "es la capacidad de transformar en experiencia significativa los acontecimientos cotidianos generalmente sufridos, en el horizonte de un proyecto personal y colectivo". En este sentido se entiende la formación como un concepto que designa el procese de realización del individuo como ente social mediante la aprehensión de significados para la construcción de nuevo conocimiento.

Otra mirada muy similar a la del enfoque anterior es la de Edilma Naranjo, Nora Rendón y Claudia Giraldo cuando afirman que "el hombre se apropia de los elementos del mundo, los reflexiona e introyecta y establece sus propias relaciones al aprehender y acumular experiencias que le posibilitan adquirir paulatinamente la autonomía necesaria como sujeto social y pensante que toma decisiones avaladas por él mismo". Por lo tanto la formación tiene que ver con el desarrollo individual y social de la persona, quien usando sus facultades intelectuales adquiere la capacidad para tomar decisiones frente a su propia vida, a través de las interacciones que mantiene con el mundo que lo rodea. Esto se convierte un proceso continuo en el que las experiencias influyen en el desarrollo cognoscitivo, esto permite entender que el individuo está desarrollando cada día, nuevo aprendizaje a través de la adquisición y aprehensión de un conjunto de valores, costumbres, conocimientos y creencias provenientes del entorno en que se relaciona y que le permiten sentir, pensar, y actuar de manera conciente y espontánea, pero con respeto y responsabilidad frente a un grupo de personas que conforman una comunidad específica y así el individuo con esa formación se convierte en ser social.

El usuario de la información

Se define al usuario de la información como la persona que utiliza los servicios ofrecidos por las unidades de información, quienes dirigen sus esfuerzos para satisfacer las necesidades de información que tienen las personas para el desarrollo de sus actividades personales y colectivas.

Núñez Paula considera que el término "usuario de la información" es relativo y que se refiere a toda persona que usa la información o los servicios de información y aclara que el término abarca a quienes trabajan con la información porque también ellos son usuarios de la misma mediante el desempeño de su labor.

En otro estudio, Mónica Izquierdo afirma que “un usuario de información será todo aquel individuo que usa o utiliza un servicio de información” esto implica que un usuario acude a un sistema de información motivado por algún interés personal o porque tiene una carencia de conocimiento que desea superar, pero además debe estar en condiciones de usar la información y percibir su importancia para poder resolver su problema o satisfacer su necesidad de información.

Estos autores coinciden en que el usuario de la información es toda persona que hace uso de los servicios de información porque tiene un interés personal o una necesidad de información y desea satisfacerla, sin embargo para lograr este propósito, el usuario debe estar suficientemente preparado para realizar una búsqueda de información, localizarla, interpretarla y hacer relaciones que le permitan llenar su vacío y construir nuevo conocimiento. Es por eso que las unidades de información deben empeñarse con mucho interés en la formación de usuarios de la información, concepto que a continuación se explica.

Formación de usuarios de la información

Después de analizar los conceptos anteriores se debe tener presente el término formación de usuarios, el cual es utilizado por López Yépez para referirse al conjunto de actividades desarrolladas por las unidades de información para fomentar en los usuarios la correcta utilización de los servicios para el aprovechamiento máximo de la información y explica que el origen de la formación surge a mediados del siglo XIX, como una iniciativa de las bibliotecas universitarias de Estados Unidos de Norte América, dada su preocupación por el desconocimiento que tenían los estudiantes sobre el uso de los servicios y los recursos de que disponían dichas bibliotecas. Así, la formación de usuarios se proyecta como un programa de la biblioteca que busca desarrollar un conjunto de competencias (habilidades, conocimientos, actitudes y valores) en los usuarios para que éstos logren reconocer y formular sus propias necesidades de información, así como el analizar y evaluar la información mediante la utilización efectiva de los recursos y servicios de la biblioteca para su autoaprendizaje.

Por su parte Nora Cañón Vega afirma que “La formación de usuarios es un proceso continuo de retroalimentación y se relaciona con la idea de comunicación de saberes y el intercambio de experiencias sobre el uso de la información a partir de la identificación de una carencia individual” . Este concepto se refiere a la comunicación permanente de saberes y al intercambio de experiencias y conocimientos, entre el profesional de la información y el usuario que buscan su transformación permanente. El proceso de formación se concreta mediante la realización de unas actividades de enseñanza y de aprendizaje que involucran, de una parte, a los formadores quienes actúan como mediadores y que deben tener conocimientos pedagógicos y de la otra, a los usuarios que son los interesados en adquirir las competencias que se requieren para el uso adecuado de la información, es decir, el desarrollo de habilidades, actitudes, conocimientos y valores.

Por eso tiene sentido la observación de Patricia Hernández , al considerar que la formación de usuarios “es el proceso de intercambio de experiencias o saberes significativos sobre el uso de la información, con el fin de que la persona que la usa, de acuerdo con su proceso cognoscitivo, perciba la importancia de la información y adquiera formas de saber hacer o de resolver problemas relacionados con el acceso y uso de la información”. Esta es una tarea orientada a facilitar de manera sistemática el acceso a los conocimientos para el desarrollo de competencias que conduzcan a la formación de personas críticas, responsables, creadoras y capaces de transformar la sociedad a través del conocimiento.

Desde esta perspectiva puede decirse entonces que el proceso de formación de usuarios debe ser estructurado y planificado ya que en él están involucrados, además de los recursos necesarios para su funcionamiento, los conocimientos y las relaciones entre personas. Por eso es que se habla de programa de formación de usuarios y no se debe desconocer la importancia de su planificación como estructura y contenido, aspectos que se abordarán más adelante. En este sentido, la biblioteca debe buscar la interacción con los usuarios a través de los programas de formación, para desarrollar ese conjunto de competencias que éstos requieren para acceder a la información y contribuir así a que logren su aprovechamiento para el aprendizaje a lo largo de la vida.

Naranjo Vélez considera que la formación de usuarios lo que busca es desarrollar las competencias de los usuarios para lograr que actúen en forma autónoma y estratégica en la localización, recuperación, análisis, evaluación, uso y transformación de la información pertinente, permitiendo que éstos lleguen a ser más productivos, reflexivos y capaces de explotar más eficientemente su inteligencia.

Con el fin de reforzar las ideas anteriores, es fundamental citar a Tocatlian cuando se refiere a los cuatro objetivos que debe lograr todo programa destinado a formar usuarios:

a) el reconocimiento de sus propias necesidades de información; b) la formulación de estas necesidades; c) la utilización efectiva y eficaz de los servicios de información, así como d) la evaluación de estos servicios.


Por otra parte la American Library Association explica que una persona competente en el acceso y uso de la información es capaz de:

• Determinar el alcance de la información requerida
• Acceder a ella con eficacia y eficiencia
• Evaluar de forma crítica la información y sus fuentes
• Incorporar la información seleccionada a su propia base de conocimientos
• Utilizar la información de manera eficaz para acometer tareas específicas

Por eso es necesario que las bibliotecas se ocupen con mayor énfasis en el proceso de formación para procurar que sus usuarios sean competentes de la manera que lo explican los autores mencionados y enfrentar así las limitaciones de acceso a la información que suelen tener los usuarios de la biblioteca y procurar que ellos tengan mejores posibilidades para el aprovechamiento de la información. De esta manera, el usuario se convierte en una persona autónoma para acceder, usar y comunicar la información en cualquiera de sus formas, con fines académicos, de investigación, en el ejercicio profesional o en su vida cotidiana.

Hay que entender que la formación de usuarios presenta nuevas tendencias que es necesario reconocer a la hora de emprender el proceso de formación.

Tendencias en la formación de usuarios

Son evidentes los cambios actuales generados por las tecnologías de la información y la comunicación en todos los ámbitos sociales y educativos. Actualmente las bibliotecas se vienen transformando en servicios de información virtual, lo que ha modificado la cultura de la información, que se refiere al conjunto de prácticas informativas (producción, comunicación e interpretación de contenidos) que utiliza el hombre para construir conocimiento y transmitir los nuevos descubrimientos que infieren en su desarrollo. “La cultura de la información está estrechamente ligada a la educación, a la adquisición del habito de la lectura y a la costumbre de usar la información en todas las tareas que emprendemos; en otras palabras, ésta deberá estar incorporada a nuestra experiencia”. El asunto radica en las nuevas maneras de acceder a la información que se generan en la sociedad del conocimiento, producto del desarrollo y el avance constante de las tecnologías de la información y comunicación. Carrión Rodríguez considera que:

La cultura de la información significa un conocimiento claro de las ventajas y amplias posibilidades que brinda la información como apoyo al desarrollo individual y colectivo, así como el despliegue de habilidades que se requieren para manejar y explotar los recursos de información con efectividad y eficiencia, independientemente de su formato o modalidad de acceso.

Estos cambios han sido producidos por el desarrollo de nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que se reflejan en las maneras de: acceder a la información, producir y transmitir el conocimiento, publicar y organizar la información que se produce. Son estos cambios los que han hecho que surjan nuevos conceptos en la formación de usuarios.

Desarrollo de habilidades informativas

Las habilidades informativas son el conjunto de rasgos psicomotrices de la persona para interpretar la información es por eso que al desarrollar habilidades informativas en el usuario se busca fortalecer su capacidad para acceder, localizar y recuperar la información que requiere para la solución de un problema o para generar nuevo conocimiento, esto exige el uso de las fuentes y recursos de información.

El desarrollo de habilidades informativas desde la formación de usuarios, permite que éste sea capaz de realizar de manera autónoma los procesos de búsqueda, localización y selección de la información que requiere para la construcción de su propio conocimiento. “Un alumno que tiene competencias informativas cuenta con las bases para involucrarse activamente en los procesos de asimilación, creación y transmisión del conocimiento, elementos que le permiten crecer intelectualmente y tener éxito en su formación y en su vida profesional”.

Aquí lo que se busca es desarrollar en el usuario las habilidades para realizar el proceso de búsqueda y recuperación de la información a través del manejo de herramientas informáticas como los catálogos en línea, las bases de datos, las páginas web, etc. Sin embargo no se puede limitar la formación de usuarios al desarrollo de habilidades, es necesario que los usuarios desarrollen también otros elementos que hacen parte de las competencias como son: conocimientos, actitudes y valores. Por lo tanto la biblioteca debe definir claramente lo que quiere lograr con el programa de formación y enfocarlo hacia el logro de dichas pretensiones.

Es necesario que las bibliotecas diseñen sus propios programas de formación, para que sus usuarios desarrollen esas habilidades informativas en el uso de las tecnologías y logren acceder y usar la información de manera eficiente. Por esto es importante reconocer y establecer el conjunto de habilidades informativas que debe desarrollar una persona para conseguir su autonomía en el uso de la información y para que la biblioteca logre orientar convenientemente el proceso formación.

El desarrollo de habilidades informativas contribuye al logro de la autosuficiencia de los usuarios para el avance de sus actividades académicas y de investigación. Por esto es necesario diseñar y poner en marcha un programa de formación de usuarios que ofrezca posibilidades para el acceso y uso de la información, pues el desarrollo habilidades informativas resulta ser un aporte importante al proceso de formación profesional de los estudiantes y profesores de toda institución académica.

Los avances de las tecnologías de la información y la comunicación han hecho que los usuarios sientan la necesidad de conocer el manejo de dichas tecnologías y es por eso que las unidades de información hacen énfasis en el desarrollo de habilidades informativas buscando procurando que el proceso de búsqueda y recuperación de la información no sea limitado por la intermediación de las tecnologías y lograr que todos los usuarios estén en igualdad de condiciones para realizar dicho proceso.

Alfabetización informacional

El término alfabetización informacional se empieza a usar a partir del año 1974 desde entonces han surgido diversas reflexiones por parte de diferentes autores, sin embargo para entender este concepto es pertinente mencionar las siguientes consideraciones citadas por Jesús Lau

American Association of School Librarians: “Alfabetización informativa – la capacidad para encontrar y usar información – es la piedra angular del aprendizaje para toda la vida”.

American Association of School Libraries: Una persona infoalfabeta accede a la información eficiente y efectivamente, evalúa la información de manera crítica y competentemente, y utiliza la información en forma precisa y creativa.

Kuhlthau. La definición de alfabetización informativa va más allá del uso de habilidades para aprovechar las bibliotecas, implica la capacidad para usar información compleja de una variedad de fuentes para desarrollar significado o solucionar problemas.

American Library Association (ALA). “Para poder ser considerada infoalfabeta, una persona debe ser capaz de reconocer cuándo necesita información, así como tener la capacidad para localizarla, evaluarla y usarla efectivamente.”

Las anteriores consideraciones muestran algunas características y enfocan la alfabetización informacional hacia la capacidad que debe tener el individuo para usar la información, en este sentido el objetivo de la alfabetización informacional coincide con lo que plantea el concepto de formación de usuarios analizado anteriormente. Sin embargo hay que entender que la alfabetización informacional involucra el conocimiento de las herramientas tecnológicas para el acceso a la información, las cuales también se utilizan en la formación de usuarios. Por eso afirma Flores de la Fuente.

Pueden considerarse alfabetizadas, competentes en información, las personas que se han formado en la aplicación de los recursos de información a su trabajo. Han adquirido las técnicas y las destrezas necesarias para la utilización de la amplia gama de herramientas documentales, además de fuentes primarias, en el planteamiento de soluciones informacionales a sus problemas.

En este sentido la alfabetización informacional es el resultado de un proceso en el que la persona desarrolla el dominio de técnicas para desenvolverse de manera funcional y productiva en su actividad académica, profesional y personal, pues es conciente de su necesidad de información, sabe dónde encontrarla y es capaz de utilizarla de manera adecuada.

El Marco para la Alfabetización Informacional en Australia y Nueva Zelanda establece seis normas que permiten identificar cuando una persona está alfabetizada en información:

  • Reconoce la necesidad de información y determina la naturaleza y nivel de la
    información que necesita.
  • Encuentra la información que necesita de manera eficaz y eficiente.
  • Evalúa críticamente la información y el proceso de búsqueda de la información.
  • Gestiona la información reunida o generada.
  • Aplica la información anterior y la nueva para construir nuevos conceptos o crear nuevas formas de comprensión.
  • Utiliza la información con sensatez y se muestra sensible a las cuestiones culturales,
    éticas, económicas, legales y sociales que rodean al uso de la información.

En este nuevo enfoque de la formación de usuarios, la biblioteca debe procurar que sus usuarios logren la autonomía en el proceso de gestión de la información, es decir, la persona debe ser capaz de reconocer su necesidad de información y tener la habilidad para localizarla, evaluarla y usarla de manera productiva en la solución de su necesidad de información, utilizando para ello las TIC. Este fenómeno está dado, principalmente por el crecimiento acelerado de la información que implica la utilización adecuada de los recursos de información (catálogos en línea, bases de datos y los recursos que ofrece la Internet) para el aprovechamiento de la misma. Frente a este panorama De la Cruz Santos y Martí Lahera consideran que "La alfabetización informacional presupone la existencia de una conciencia de los individuos sobre el fenómeno de la explosión de la información y las potencialidades de los sistemas de gestión automatizados para ayudar a identificar, acceder y obtener los datos y los documentos necesarios para la solución de problemas y la toma de decisiones".

En efecto, las tecnologías de la información y la comunicación han generado cambios en la estructura tradicional de la biblioteca y cada día se implementan nuevas aplicaciones que apoyan no sólo a los procesos administrativos de la misma, sino también los servicios y programas que se ofrecen. Además se debe tener en cuenta que los procesos que se llevan a cabo en las unidades de información y los servicios están siendo cada día más automatizados.

Se trata entonces, de que el usuario desarrolle las competencias para acceder, usar y comunicar la información, utilizando adecuadamente los recursos tecnológicos dispuestos por la biblioteca y de esta manera aumentar las posibilidades para mantenerse actualizado y desempañarse con soltura en todas las actividades que tienen que ver con el uso de la información. Al respecto Gómez y Benito plantean que:

La competencia para codificar, comprender y producir textos escritos ya no es suficiente, debiendo completarse y enriquecerse con el dominio de los medios documentales y tecnológicos que mediatizan hoy el acceso a la información, con las habilidades necesarias para la comprensión de distintos tipos de textos en distintos formatos, la capacidad de integración de la información nueva en el propio sistema conceptual, la capacidad para comunicar el conocimiento producido de modo coherente con los distintos canales y posibles receptores.

Esto incluye aptitudes de orden tecnológico desde el manejo del computador hasta el uso de recursos informáticos, pero también el análisis critico de la información. Es conveniente que el usuario esté en condiciones de aprovechar todas las posibilidades que las tecnologías de la información ofrecen hoy en día.

Con lo anterior se deduce que el desarrollo tecnológico ha provocado modificaciones en los procesos de búsqueda, localización y transmisión de la información, pero también en la gestión de la misma por razones de disponibilidad en soportes y formatos no tradicionales y por las nuevas necesidades que tiene la comunidad universitaria. Es así como los usuarios deben adquirir buenos niveles de lectura, escritura y comunicación oral, además de las competencias necesarias para la búsqueda, recuperación, selección y análisis de la información para estar en condiciones de actuar con autonomía frente al uso de la información.

Niveles de formación de usuarios

Se entiende por nivel de formación “el cambio de un estado al otro en proporción al avance en el logro de los objetivos y metas que pueden ser trazados por el usuario o por la unidad de información, por lo cual el proceso de formación de usuarios los organiza y así logra el cambio paulatino”. El programa de formación puede ser dividido en niveles dependiendo de las necesidades de formación y de información detectadas a través de los estudios de usuarios, los objetivos que se quieren lograr y las estrategias que se van a utilizar para ejecutar el proceso.

Por lo tanto es necesario diseñar los contenidos de los programas de formación de usuarios enfocados hacia el desarrollo de habilidades, aptitudes, conocimientos y valores necesarios que permitan al usuario acceder, usar y comunicar la información con sentido, en cualquiera de sus formas con fines académicos, de investigación o para el ejercicio profesional.

Algunos autores presentan propuestas acerca de los niveles en que se debe hacer la formación de usuarios. Patricia Hernández divide el proceso de formación de usuarios en tres niveles con los cuales se considera que el usuario obtiene un conocimiento integral sobre la información y los servicios, recursos y unidades de información. El primer nivel de comunicación de conceptos relacionados con la información (producción, transferencia, organización, búsqueda, recuperación, servicios y difusión) y su importancia, en el que se busca sensibilizar a los alumnos sobre la importancia de la información en su formación profesional y personal; el segundo el de orientación en el que el usuario obtiene la información general acerca de los servicios que ofrece la biblioteca, sus políticas de servicios y la organización de sus colecciones; y el tercer nivel el de instrucción que busca desarrollar habilidades para la búsqueda y recuperación de la información a través del uso de los diferentes recursos de información.

Naranjo, Rendón y Giraldo establecen cuatro niveles en la formación de usuarios: La información y su importancia, Orientación o introducción a la biblioteca, Instrucción, y Uso y Producción de información. El primer nivel pretende sensibilizar a los usuarios sobre la importancia de la información. El segundo nivel de orientación o introducción a la biblioteca pretende contribuir a la toma de conciencia de los usuarios sobre el acceso a la información para que estos tengan un acercamiento directo a la biblioteca de manera que se sientan personas activas y que reconocen sus derechos y deberes con la unidad de información. El tercer nivel, de instrucción busca que los usuarios logren mayor autonomía en el proceso de búsqueda y obtención de la información, haciendo énfasis el uso de los materiales documentales y manejo de los recursos disponibles en las unidades de información. El curto nivel, Uso y producción de información es determinado por las autoras como el nivel superior en el proceso de formación y su propósito parte del desarrollo y fortalecimiento de las competencias necesarias para desempeñarse con independencia en la búsqueda de información, utilizando con eficiencia los recursos bibliográficos, para lograr la producción de nuevo conocimiento y el aprendizaje para la vida.

Las mismas autoras consideran que un usuario está formado, cuando éste tiene las habilidades y destrezas suficientes para entender qué es la información y su proceso de producción, distribución y recuperación para lograr un propósito claramente establecido desde el principio y cuando a su vez se encuentra en capacidad de acercarse a una biblioteca para hacer uso de sus recursos y servicios de una manera no utilitarista sino en una sinergia de dar y recibir como agente activo en una comunidad determinada y en un proceso de comunicación y realimentación.

Desde esta mirada, los usuarios estarán formados no solamente por el hecho de haber participado en una serie de actividades teóricas y prácticas en cada nivel, sino más bien cuando han logrado a través del ejercicio del pensamiento, convertirse en sujetos críticos y creativos. Sin embargo, para lograr este proceso es necesario apoyarse en un modelo educativo asentado en un enfoque pedagógico, de esta manera lo significativo de la formación estará dado tanto por la actividad reflexiva de creación e innovación de quienes se están formando como por el modelo educativo en el cual se sustenta la formación, pues a través de los modelos educativos la formación de usuarios se convierte en un proceso fundamental para el desempeño de los miembros de la comunidad académica, especialmente en la educación superior.

Los modelos educativos como apoyo a la formación de usuarios

Los modelos educativos se convierten en la materialización de las reflexiones filosóficas y epistemológicas de los modelos pedagógicos. Para entender el concepto de modelo pedagógico es importante aclarar los términos pedagogía” y “modelo”.

La pedagogía es entendida “como un conjunto coherente de proposiciones que intenta sistemáticamente describir y explicar los procesos educativos relacionados con la enseñanza y el aprendizaje humanos” , es decir, la pedagogía establece relaciones entre la sociedad y el proceso de formación para configurar el modelo de persona que se quiere formar. De ese proceso han surgido algunas propuestas que permiten orientar los propósitos de la educación y se conocen como modelos pedagógicos.

Según Rafael Flórez Ochoa “un modelo pedagógico es la representación de las relaciones que predominan en una teoría pedagógica”, se puede entender como una descripción de la manera en que la educación se apoya para dar respuesta a su propósito, es decir, el modelo pedagógico se convierte en la aspiración máxima que se desea alcanzar en el ámbito educativo y se construye desde una reflexión teórica y filosófica como un instrumento analítico que presupone la manera ideal para cambiar una realidad.

Naranjo Vélez, Rendón Giraldo y Giraldo Arredondo consideran que los modelos son postulados que se formulan desde la reflexión teórica y filosófica, convertidos en ideales de los hombres para participar en una sociedad determinada y en relación a los modelos pedagógicos consideran que estos son postulados pero enmarcados en lo educativo, formativo y pedagógico, pero validados por una institución socialmente aceptada.

Otra manera de concebir los modelos pedagógicos es la que presenta Agüero Servín quien considera que el modelo pedagógico se refiere a los fines de la educación es decir, aquella propuesta de la educación que busca dar cuenta del tipo de ser humano y de sociedad que se quieren. Una teoría educativa supone una concepción particular de ser humano.

Entendiendo los modelos pedagógicos como representaciones ideales de una realidad en el ámbito educativo o como la imagen del modelo de persona que se quiere formar, entonces lo que se busca con los modelos es que el proceso de formación esté apoyado en una guía para lograr un hombre formado como se espera. El modelo como propuesta orientadora para el logro del procesos enseñanza aprendizaje, permite identificar y abstraer los elementos y relaciones que se consideran apropiadas para el objetivo de formación, pues ayuda a conformar el programa de formación porque establece los fines, el método, los contenidos y las formas de planear y evaluar el aprendizaje. Esto es lo que se espera después del proceso educativo.

En educación se identifican algunos modelos pedagógicos de los cuales se pueden mencionar los que han sido más tratados en la teoría pedagógica y que permiten concebir la formación de usuarios como un acto educativo que orienta las relaciones entre los individuos de una sociedad.

El modelo tradicional

El modelo pedagógico tradicional “pretende la formación del hombre como ser social en el contexto de sus relaciones ínter-subjetivas” . De esa manera lo que se quiere lograr es la transmisión de la cultura y los principios morales buscando normalizar el proceso educativo. Este modelo está enfocado hacia el desarrollo del carácter del individuo para un ejercicio de la actividad humana a través del fortalecimiento de la voluntad y la disciplina Elvia María González muestra cómo el modelo pedagógico tradicional concibe lo pedagógico como la formación a través de la razón y la moral en carácter, voluntad, virtudes y normatividad. Y desarrolla lo didáctico como transmisión donde el maestro es activo y el estudiante es pasivo y lo que se evalúa es la memoria.

El modelo conductista

El modelo pedagógico conductista se interesa en capacitar a los sujetos para que participen en el desarrollo económico de la sociedad capitalista en la cual se desarrolló. Este modelo busca transmitir el contenido científico técnico para que el aprendiz logre “adquirir conocimientos, códigos impersonales, destrezas y competencias bajo la forma de conductas observables” . Se entiende como el desarrollo de habilidades para el desempeño de un oficio, es la enseñanza práctica basada en el saber hacer. El modelo conductista concibe lo pedagógico como la formación desde la necesidad de producción del estado para capacitar en el trabajo a personas diestras, razonables e individualistas. Desarrolla lo didáctico con la concepción de que el maestro se considera técnico y el estudiante, fuerza de trabajo. Y lo que se evalúa es la mecánica.

El modelo pedagógico desarrollista

El modelo pedagógico desarrollista busca desarrollar las potencialidades funcionales de los sujetos de una sociedad a través de la construcción propia del conocimiento por medio del descubrimiento de los fenómenos. Este modelo concibe lo pedagógico como la formación desde el desarrollo del pensamiento a través del conocimiento científico según los intereses y necesidades de los alumnos que contribuyen en su proceso de aprendizaje. Desarrolla las didácticas activas donde el maestro es guía, el estudiante es centro y la evaluación se da por procesos cognitivos.

El modelo pedagógico social

El modelo pedagógico social examina la sociedad y la cultura para descubrir símbolos, mitos, lenguajes, valores, formas de producción y relación social en lo cual enfoca la educación y busca desarrollar un espíritu colectivo en donde los problemas sociales sean solucionados con la participación comunitaria. Aquí se concibe lo pedagógico como la autoformación de la personalidad para contribuir al desarrollo histórico-cultural. Desarrolla didácticas activas donde el maestro actúa como líder y donde el alumno es autónomo y se evalúa la certificación social.

Después de hacer un recorrido por los anteriores modelos pedagógicos se puede decir que éstos aportan elementos para dirigir el proceso educativo hacia un objetivo de formación. Hay que tener en cuenta que las comunidades están en constante movilidad y es por eso que los modelos pedagógicos han ido evolucionando y han surgido otros que los docentes construyen como referente para el desarrollo de aptitudes, valores y prácticas en el proceso educativo de acuerdo con los fines políticos, sociales y culturales de cada momento histórico de la sociedad. A continuación se presentan los elementos que permiten materializar las reflexiones anteriores, dando paso a los modelos educativos.

Conclusiones

Los servicios que se crean en las bibliotecas sólo tendrán sentido si los usuarios están en condiciones de hacer uso de ellos, por eso es necesario implementar un programa de formación en el que el usuario adquiera la capacidad de reconocer sus propias necesidades de información, explorar las diferentes fuentes y recursos de información, comprender su alcance y finalidad, identificar los términos y conceptos claves para realizar la búsqueda y relacionar sus propios pensamientos a través del análisis y la experimentación para producir nuevo conocimiento.

La biblioteca debe brindar a sus usuarios las posibilidades de acceso a la información; sin embargo, para cumplir este propósito, la biblioteca debe establecer la formación de usuarios como una estrategia asegurando de esa manera que los usuarios tengan las competencias necesarias para beneficiarse con la información, es decir la biblioteca debe tener un programa de formación dirigido a todos los usuarios que quieren saber como acceder y usar la información. Además debe disponer los recursos que sean necesarios para el proceso de formación.

Es necesario que las bibliotecas se ocupen con mayor énfasis en el proceso de formación para procurar que sus usuarios sean competentes en el acceso a la información y puedan tener mejores posibilidades para el aprovechamiento de la información. De esta manera el usuario se convierte en una persona autónoma para acceder, usar y comunicar la información en cualquiera de sus formas, con fines académicos, de investigación, o en el ejercicio profesional.

La formación de usuarios es un proceso con sustento pedagógico en el que es necesario reconocer y utilizar un modelo educativo que oriente las acciones relacionadas con la formación, pues de lo contrario la formación de usuarios será un proyecto empíricamente alcanzado.

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